lunes, 10 de septiembre de 2012

Día 33: Naples-Everglades-Miami-Barcelona

9 de septiembre de 2.012

Último día en Estados Unidos.
La fórmula 1 para ir despertando.



Despúes del desayuno, abandonamos el último hotel, en el que hemos pasado 4 noches, en Naples.




Las elecciones están muy presentes por todos lados.


Elvis Radio, un canal de radio que emite las 24 horas desde Graceland. Toda la programación está dedicada a Elvis. Lo echaremos de menos.


Aviso de panteras que pueden cruzar la carretera. No hemos visto ninguna.



Nuestro último repostaje.


Hemos ido a Miami por una carretera que cruza un parque natural, parte de los Everglades.


El domingo toca cortar la hierba.









En esta zona también hay tribus indias.


Las tribus indias están muy organizadas como sociedad. Tienen sus propias leyes, sus colegios, sus edificios administrativos....


Lo cierto, es que se organizan a lo largo de un trozo de carretera, ya que a ambos lados de la carretera está lleno de humedales y de canales. Es increible que haya gente que viva aquí, y lo bien que se adaptan al medio. Este país es enorme, pero hay gente viviendo en casi cada rincón.


Típico barco que se usa en los Everglades.



Hemos parado en un centro social que tiene la tribu.




Y ha dado la casualidad de que había un cocodrilo pasando por allí.




Impresiona ver un cocodrilo tan de cerca.











El organigrama de la tribu.





Las tribus tienen sus propias leyes, por lo que en sus zonas, también pueden poner casinos.


Y llegamos a Miami entre un gran atasco.


Llega el triste momento de devolver el coche. Lo cogimos con 11.159 millas y lo devolvemos con 19.587, 8.420 más. Si se lo sumamos a las 2.237 millas que hicimos con el Ford Taurus, nos dá un resultado de 10.657 millas, o lo que es lo mismo, 17.150 kilómetros, la misma distancia que hay entre Madrid y Melbourne.


 La devolución es muy rápida. En 20 segundos ya han chequeado el coche y nos podemos ir.



Y finalmente, llegamos al avión que nos traería de regreso a Europa.


El asiento es diminuto y no te puedes mover. Menos mal que tienes una pantalla por pasajero para poder ver películas. Sin eso, el vuelo sería infernal.


Miami desde el aire.




La hora de la cena.



Todavía en suelo americano.

 Desayuno.




Llegamos a Paris.


Finalmente, el avión que nos traería a España. Air France nos ha dado muy buen resultado en este viaje.


Sobrevolando Barcelona.




Deshaciendo la maleta, vemos que una está muy revuelta. Pensamos que ha sido el traqueteo del avión, pero abajo del todo, encuentro este papel. Resulta que en Estados Unidos, nos han registrado la maleta. Me parece que no falta nada, aunque estaba muy revuelta. Supongo que los americanos habrán flipado un poco con la cantidad de tonterias que llevábamos dentro.


Como estos copazos del Flamingo.


Mi original salsa de Lousiana.


O nuestros cojincillos americanos. Aunque yo creo que esas banderas nos han provocado que respetasen todo lo que había dentro.


Y colorín colorado, este cuento se ha acabado. Ha sido otro viaje apasionante a Estados Unidos, en el que ha habido más carretera que nunca, aunque gracias a llevar un buen coche, a que las carreteras son buenísimas, y a que en general, en Estados Unidos, la gente tiene una exquisita cultura del coche, con los conductores más educados y respetuosos que he visto nunca, no se nos ha hecho nada pesado. Hemos visto animales salvajes, y a gente con sus casas situadas en pleno entorno de esos animales. Hemos pasado por lugares muy peligrosos, y también hemos dormido en alguno de ellos. Afortunadamente, no ha pasado nada, pero hay zonas, que de tener conocimiento previo del tipo de zonas que eran, no habríamos pisado jamás. 
Gracias a todos por seguir este blog y hasta pronto.