Dia 12: Jamestown - Yosemite

19 de agosto de 2012

Bueno, está confirmado que el hotel donde hemos pasado la noche estaba en los suburbios de Stockton, y es un supermercado de droga  y prostitución. Afortunadamente, se ha cumplido el dicho de que los ladrones y asesinos no actúan en su casa, por lo que nos han ignorado y no nos han hecho nada. Pero menuda nochecita. Los camellos han pasado la noche en sus coches, y cuando alguien se acercaba a pillar, ponían la música de sus coches a todo volumen para indicar el lugar donde se encontraban.

Casi no he pegado ojo. Por lo menos Montse ha dormido y ha podido descansar, y es que ella puede dormir a pierna suelta en un campo de minas.

Por otro lado, las prostitutas no hacían más que ir y venir, y reir y gritar. En fin, en un alarde de gallardía, saqué la cámara por la ventana para fotografiar a los camellos, pero el terror fue mayor y no conseguí unas buenas instantaneas.

Cualquier lugar es bueno para anunciarse.

La zona de día, cambia por completo, y parece un lugar normal.

America Best Value Inn en Stockton. Si pasas por aquí.... no te detengas.

A primera hora, hemos ido a un pueblecito histórico llamado Jamestown.

Es un lugar muy pintoresco.

La oficina del Sheriff cierra los domingos.

Es un pueblo muy pequeño, pero también recibe a sus héroes.

Fuimos a una tienda de antiguedades, y tenían objetos auténticos de los nazis.

  

Para un auténtico vaquero.

Tras una rápida visita a Jamestown, decidimos atravesar el parque nacional de Yosemite en nuestro camino a Utah.

El lugar es precioso, con unas montañas espectaculares y unas vistas fabulosas.

Hace dos días, parece ser que se perdió aquí un niño de 6 años. Y no me extraña, pues esto tiene unas dimensiones que rozan el infinito.

La cascada tenía poca agua.

Pegado a Yosemite, está el bosque nacional Inyo.

Y el bosque Mono Basin.

El paisaje cambia constantemente.

Estas carreteras, las cierran durante el invierno. Por lo visto, en esa época, la climatología es extrema. Aún así, las carreteras están muy bien cuidadas.

De camino cayó un chaparrón, y enseguida se empezaron a formar charcos.

Dejamos California y aprovecho para hacerme la foto en el cartel, que por cierto, alguien lo ha usado para hacer prácticas de tiro.

Y de nuevo estamos en Nevada, pero esta vez, muy lejos de Las Vegas.

Las carreteras, interminables. A pesar de ser agosto, ibamos solos por la carretera. Ha habido ocasiones, en los que hemos hecho más de 100 kilómetros sin ver un solo coche, y ni un solo pueblo. Hemos atravesado Nevada por la parte ancha, unos 700 kilómetros, y sólo hemos pasado por 3 pueblos diminutos. Aquí, todo es desierto.

Esto, creemos que son parte de las instalaciones del Area 51. No hemos encontrado ningún camino por el que entrar a explorar.

Uno de los 3 pueblos. Tenían un Ramada con casino, y un McDonalds.

Lugareños de la zona.

El paisaje del desierto es espectacular.

Hay que tener mucho cuidado con el ganado.

Este toro casi nos empitona el coche.

Y por fin hemos llegado a Utah bajo una lluvia constante y una oscuridad absoluta.

He cometido la machada de bajar del coche para hacerme la foto con el cartel. Han sido los 5 segundos más intensos de mi vida. El miedo ha sido atroz. Y es que parar en una carretera, de noche, en medio del desierto, y sin una sólo luz,donde la oscuridad se asemeja a un agujero negro, y salir del coche, sabiendo que tras esa oscuridad, pueden esconderse zorros, serpientes, escorpiones, asesinos en serie, toros y cualquier diversidad animal que te puedas imaginar, impone demasiado. Me encontré completamente desamparado.

Y hemos llegado a Cedar City, donde nos hemos alojado en un Travelodge. El hotel, no está mal. La almohada y las toallas llenas de pelos de otra persona, pero al margen de eso, no hay camellos a la vista, aunque estemos tan cerca del desierto.