Día 5: Breaking Bad Tour

12 de agosto de 2012

Hoy nos hemos levantado alegremente en el Super 8 de Albuquerque, e inmediatamente después del desayuno, nos hemos puesto en marcha para ir a visitar los lugares de rodaje más importantes de una de las mejores series de todos los tiempos: Breaking Bad.

En primer lugar, hemos ido al despacho de Saul Goodman. Ya sabes. "Si tienes problemas, mejor llama a Saul".

La zona la han cambiado un poco. Nisiquiera está el muñequito de la estatua de la libertad. Cuantas veces aparcaría aquí Walter su "bonito" Pontiac.

A un kilómetro se encontraba la casa de Walter. Impresionante.

Ya no quedan rastros de pizza en el tejado.

Los de la casa de enfrente habían montado el típico mercadillo de domingo en el garage.

Después hemos ido al famoso lavadero de coches.

Hay que decir que no éramos los únicos haciendo esta ruta. Nos hemos encontrado a casi todas las mismas personas en todas las localizaciones sacando fotos.

Aquí para lavar un coche emplean a un ejército de empleados.

Luego hemos ido al famoso motel lugar de encuentro de camellos y yonkies..

El lugar se veía muy tranquilo y no había nadie trapicheando.

De paso, hemos visto un poco de Albuquerque.

La casa de Jesse Pinkman.

Supongo que ahí aparcaría la caravana.

Me ha recordado a la casa de Sensación de vivir.

Estación de tren de Albuquerque. Aquí estuvimos de pasada en el 2.009.

Los pequeños apartamentos de Jeesse y Jane.

La parte de atrás.

El edificio es realmente pequeño.

Camino de los estudios.

Aquí se graba la serie.

A parte de Breaking Bad, aquí se han grabado muchas películas, como la última de Los Vengadores.

  

Como cerca de los estudios estaba el aeropuerto, nos hemos acercado para comentarles a los de Dollar, el problema sobre el aviso del aceite que nos ha salido en el coche.

Lo han mirado, y nos han dicho que no podíamos seguir con el, y sin hacer preguntas ni nada por el estilo, nos han sacado otro.

El pobre Ford, sólo nos ha durado 2.237 millas (3.600 kilómetros)

Nos han dado un Chevrolet Impala. Es de la misma categoría que el anterior, pero este es la gama alta, o sea, que lleva asientos de cuero, techo solar, regulador de asientos electrónico..... En fin, el cambio no ha estado mal, aunque echaremos de menos algunas cosillas del viejo Ford.

Nuestros 2 coches. La verdad es que el Ford impone más, aunque el Chevy tiene más presencia.

Adiós, Taurus.

Hola Impala.

Este está más nuevo. Sólo 11.159 millas. Unos 18.000 kilómetros. A ver los que tiene cuando lo devolvamos.

Bueno, y el colofón de la ruta, ha sido la visita y comida en el famoso Los Pollos Hermanos. En realidad, el restaurante se llama Twisters, y para la serie cambiaron el cartel.

Han mantenido el dibujo de los pollos hermanos en homenaje a la serie.

Los asientos y todo es como en la serie. No han cambiado nada.

Y la verdad es que la comida es bastante buena. Si nos quedaramos más dias, repetiría.

El camarero y el dueño, han sido muy amables. Hablaban español, y nos han contado que hace 2 años que grabaron aquí, y que desde entonces, casi a diario, llegan turistas de todo el mundo para hacerse fotos y conocer el lugar.

Nos han invitado a un postre nuevo que están introduciendo a base de root beer con helado de nata.

Y nos han hecho fotos.

Estupenda visita y estupendo lugar.

Calle Barcelona en Albuquerque.

Y tristemente, hemos tenido que abandonar esta curiosa ciudad.

Y un nuevo estado. Esta vez, Arizona.

Y otra vez, la carretera kilométricamente recta. Esta autopista sustituyó muchos tramos de la ruta 66.

Hemos pasado por el bosque petrificado. Si llegamos a saber que en Arizona nunca cambian la hora, y por lo tanto, era una hora menos, nos hubiésemos quedado más tiempo.

Este tronco sobre el que estoy sentado, por lo visto tiene unos 250 millones de años.

Y desde allí, nos hemos ido al crater Barringer.

El cráter se formó en 10 segundos tras caer ahí un meteorito hace 50 millones de años. Es el único en la tierra tan bien conservado. Pero nosotros no hemos ido por afición astronómica, no. Nosotros hemos ido, porque en este mismo lugar se grabó el final de la hermosa película de los 80, Starman.

Lo ideal sería que fuese de acceso gratuíto, y que pudieses ir, tirar la foto, y seguir tu camino. Pero no. Aquí se saca negocio de todo, así que han puesto unos miradores, una especie de museo, y ya te pueden cobrar 16 dólares para entrar.

Los Yankies fueron los primeros en acraterizar y pusieron su bandera. 

Unas pocas imágenes del maravilloso museo.

Eso decían que era parte de un meteorito, pero no del que cayó allí.

 

Y hemos seguido camino hasta Flagstaff.

El horror ha llegado cuando hemos llegado al hotel que habíamos reservado. Sabíamos que por 26 euros, no podía ser de lujo, pero hace 2 dias por 29 euros dormimos en uno muy bueno. La mini recepción ya olía a orina de rata que tiraba para atrás. Montse ha pedido ver la habitación primero, y la cara de asco que ponía con el tio delante, era épica. Al final, en un alarde de gallardía, nos la hemos quedado.

Hemos echado un bote de Raid y otro de Devorolor, pero sigue oliendo a orín de rata. Además me temo que se ha acabado el efecto del Raid, y ya oigo a las cucarachas corretear bajo la cama.

Me temo que mañana llegamos a Las Vegas oliendo a choto porque ahí yo no me meto. 

El cerrojo no funciona y he puesto las maletas haciendo palanca en la puerta por si alguien intenta entrar. Encima, la ventana está medio subida y no se puede cerrar.

Estamos en medio de una carretera sin una sola luz. Y me parece que oigo ruidos fuera.

Debí comprarme una pistola en algún supermercado, pero mejor que no, porque lo mismo me pasaba toda la noche limpiándola y acariciándola.

Nos queda el consuelo de que mañana dormimos en Las Vegas, en un hotel, por lo menos, más poblado. Sólo tenemos que pasar esta noche.....