Día 14: Aspen - Denver

21 de agosto de 2.012

Hoy hemos abandonado el condado de Mesa.

El hotel de hoy no ha estado mal.

Lo tomamos con calma, y a las 11 de la mañana emprendemos camino a Aspen. El paisaje cambia constantemente. Es una maravilla.

Llegamos a Aspen. Un pueblecito de montaña. Es muy célebre entre los esquiadores, y en invierno es cuando alcanza su máximo apogeo.

En verano está bien para dar un paseito rápido. Pero con tiempo, está muy bien para practicar todo tipo de actividades al aire libre, ya que está rodeado de naturaleza.

Quien no tiene barbacoa es porque no quiere.

Dejamos Aspen y nos dirigimos a Denver por la carretera 82, que recorre varios bosques nacionales.

Llegamos al punto más alto, el Independence Pass, que es por donde pasa la línea que marca la zona horaria de la montaña, o Mountain Time.

Estamos a unos 3.600 metros de altitud.

Nos encontramos a esta pequeña ardilla, o como Montse la denomina, "perrillo de campo".

Continuamos a Twin Lakes. Estaban más secos de lo habitual. Esta zona en invierno debe ser impresionante.

Montan puestecillos de comida rápida en cualquier sitio.

Al continuar el camino, tenemos un pequeño problema con los State Troopers. El coche de policia, venía en sentido contrario. De repente, frena en seco, hace un cambio de sentido y se nos pone detrás con las luces. Montse, que es quien conduce, para en el arcen. Por un momento nos corre por el cuerpo el temor de que nos encarcelen en una pequeña comisaria de pueblo, y nos dejen allí un par de días.

Afortunadamente, el Trooper era una joven muy amable, que nos dice que ibamos a 67 millas por una zona de 55.  En fin, parece ser que la cara de pardillos nos ha servido una vez más, porque nos ha perdonado la multa y todo ha quedado en un aviso.

Continuamos el camino. Los pueblecitos por aquí son muy pintorescos.

Y llegamos a Denver.

En todo los lugares que hemos ido, había muchos indigentes y drogadictos. En todas las grandes ciudades, hemos visto, pero en Denver es donde más había. Tanto es así, que no hemos estado mucho tiempo en un sitio, ya que parecen violentos. Mientras estábamos parados en un semáforo, hemos visto una pelea entre ellos.

"Que te pego, leche" decía ella. "Peo tu a mi quemestás contando" decía el de la gorra.

Hemos ido a ver la casa de Molly Brown, una superviviente del Titanic que se hizo famosa y que tenía casa en Denver.

Hemos comido en el Jacks´n grill, un sitio que se hizo famoso por salir en un programa de cocina de aquí. La verdad, es que los burritos no estaban muy buenos.

Y cansados de turismo hemos ido a un centro comercial, y después, a nuestro adorado Walmart, uno de los mayores museos de comida que hay por aquí.

Un poco de música para el viaje.

Tienen una gran variedad de barritas de queso.

Los helados de Hazen Dags están más baratos que en España.

Hay mucha diversidad de aceites y mantequilla en spray.

Hemos comprado una bolsa de nubes para quemar.

Cuanta golosina.

También hay comida sana.

Y no tan sana.

Esta vez no nos dejamos tentar y compramos poca cosa.

Y aquí estoy a punto de cumplir uno de mis sueños de juventud. Beber de esas botellas de leche que salen en las películas, directamente de la botella, como hacen los tios duros de las pelis.

Allá voy!!!!!!

Puag, esto no sabe como esperaba.....

Montse sale ganando con su agua enriquecida.

Adiós, querido Walmart. Por cierto, que este en concreto, abre las 24 horas. Que barbaridad.

Y tras 100 kilómetros más, llegamos a Colorado Springs, y por fin, a un buen hotel, por el mismo precio que aquel hotel lleno de traficantes.

El Howard Johnson. Amplia habitación, limpia, y al lado de la escuela del ejército del aire y de..... otro Walmart!!!!!!