Día 2: Tallahasse - Baton Rouge

9 de agosto de 2012

Hoy no hay mucho interesante que contar. Ha sido un día de transición. Nos dirigimos a Baton Rouge, porque mañana queremos ver alguna plantación o alguna mansión de la época colonial. 

En Tallahasse nos ha amanecido un día con un calor y una humedad infernal. En cuanto he sacado la cámara para fotografiar la piscina del hotel, el objetivo se ha llenado de vaho.

Un amiguete me dijo sobre Ford: "Fabricación ordinaria, avería diaria" Supongo que lo diría porque sólo ha probado las carracas que fabrican en Alemania. Este es de fabricación americana. Otro cantar, vamos. Se nota la robustez desde el primer momento. Y encima este luce orgulloso la estrella solitaria.

Hemos ido a desayunar el especial de La casa de los Wafles.

Y la verdad es que nos ha saciado bastante. Eran las 9 de la mañana y hasta las 9 de la noche, no hemos vuelto a tener hambre.

Al poco de salir, nos ha caído una tormenta impresionante. Yo creo que son coletazos del huracán Ernesto. Lo bueno de algunas gasolineras, es que hay un tejado entre los surtidores y la tienda, para que no te mojes. De todas maneras, con los vientos huracanados que había, nos hemos mojado igualmente.

Hoy, a parte de Florida, hemos pisado tres estados más: Alabama la hermosa

Mississippi, donde nació la música de América.

Y Louisiana, los humedales de América.

Por la tarde, hemos llegado a Baton Rouge. Aquí no hay mucho que ver, y menos en un día lluvioso. Cabe destacar el Capitolio de Luisiana. El gobernador que lo mandó construir, Huey Long, murió acribillado en 1.935 a las puestas del edificio. Los agujeros de bala, aún se pueden observar hoy en día. Yo, la verdad es que no los ví. Tampoco subí a la torre, desde la que se puede observar toda la ciudad, porque las visitas terminan a las 16:30 y llegamos a las 16:55.

Cabe destacar que en este edificio se grabó la película ganadora del Oscar, Todos los hombres del rey.

Escultura de Huey Long.

El otro lugar digno de visitar en Baton Rouge, es el viejo capitolio. No se podía visitar porque había una recepción privada. Menos mal que no hemos cruzado el océano sólo para visitar Baton Rouge. 

El estadio de futbol del equipo de la ciudad.

Hemos cruzado un puente monumental que cruza el río mississippi.

Y nos hemos ido al único lugar del que teníamos certeza que no cerraba a las 16:30, y que no cerraba por recepciones privadas: Nuestro querido Walmart.

No nos hemos dejado llevar y no hemos comprado aparatos eléctricos que nos hubiesen resultado inútiles en España. Nos hemos limitado a admirar esas pequeñas delicias que tiran de este gran país. Como el topping con aroma de mantequilla para aderezar las palomitas de maiz.

Los huevos rojos.

Las galletitas rellenas de mantequilla de cacahuete (de estas hemos cogido una caja)

Caramelo especial para helados. Quién lo inventó, sabía que el helado por sí solo no engorda lo suficiente. 

Tras nuestro recorrido turístico, hemos ido a cenar a un Applebee´s. Nuestro camarero, era nuevo y estaba de prueba, por lo que una compañera estaba todo el rato a su lado para evaluarle. Aquí, todavía se valora el trabajo de camarero, y se cuida mucho. Como resultado, dá gusto ir a comer a cualquier sitio de este pais, porque sabes que vas a tener un gran servicio. En España, ponen de camarero a cualquiera. Como resultado, vas a comer acojonado y nervioso por si le caes mal y no sales vivo del restaurante.

Finalmente, nos hemos ido al hotel. Es un Knigths Inn.No habíamos estado nunca en estos hoteles, pero son de la misma cadena que los Super 8, los Days inn, etc.

Y una habitación más, tan parecida a todas!!!!!